La tecnología avanza a un ritmo acelerado, transformando la forma en que creamos y consumimos imágenes. La inteligencia artificial generativa ha abierto nuevas posibilidades, pero también plantea desafíos para quienes valoramos la autenticidad en la fotografía. Aunque utilizo estas herramientas en otros ámbitos de manera responsable, considero que su aplicación en la fotografía altera su esencia. Por ello, en mi trabajo, cada imagen representa fielmente lo que estuvo frente a la cámara, sin alteraciones artificiales.
Desde los primeros días de la fotografía, se han empleado técnicas de retoque para mejorar el resultado final. Con la llegada de los programas de edición digital, estos procesos se han optimizado, permitiendo ajustes rápidos y eficientes. Sin embargo, hay una diferencia fundamental entre mejorar una imagen y modificarla hasta el punto de distorsionar la realidad.
En un contexto donde la generación automática de imágenes es cada vez más accesible, la fotografía debe mantenerse como un reflejo fiel del mundo. La luz, la composición y la escena son los elementos que definen una captura genuina. Por eso, en mi trabajo solo aplico ajustes básicos de revelado, asegurando que cada imagen conserve su integridad original.
La transparencia es clave. Cada sesión está cuidadosamente planificada, utilizando iluminación real y registrando el proceso para garantizar que el resultado final sea auténtico. Esta metodología no busca alcanzar una perfección artificial, sino capturar la esencia de cada escena tal como es.
Optar por una imagen real sobre una generada o excesivamente manipulada es una cuestión de confianza. Un producto debe mostrarse como es, sin artificios que creen expectativas irreales. Lo mismo ocurre con el retrato: una fotografía debe representar a la persona con honestidad.
En un mundo donde lo digital y lo artificial se mezclan con facilidad, el compromiso con la autenticidad se vuelve más valioso que nunca. Si buscas imágenes generadas, existen herramientas para ello, pero mi trabajo es distinto: cada fotografía que entrego es un testimonio de lo que realmente sucedió frente al objetivo.
Gracias por valorar la fotografía real. Espero que disfrutes mi trabajo tanto como yo disfruto capturarlo.
